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domingo

Alejo, Alejo Sabac. Tal vez un nombre raro, tal vez un nombre ordinario, tal vez un nombre insignificante o tal vez el nombre que me cambió la vida.
Atardecer. Estaba escapándole a la lluvia que no cesaba de caer cuando de repente escuche llantos de un bebe que venían desde un negocio en construcción. La puerta estaba cerrada pero la ventana no. Entré. Un niño rubio y hermoso lloraba con su cabeza inclinada hacia arriba, sus ojos cerrados y su boca abierta. Tenia la ropa sucia al igual que su cara, no llevaba calzado, y a pesar del frío, tampoco abrigo.
Lo mire en silencio, inclinó su cabeza hacia mí y me miró, sus ojos eran penetrantes y cautivadores, un gris muy dulce abundaba en ellos con un contorno negro.
No despegaba sus ojos de mí, de repente me abrazó tan dulcemente que creo recordar que una lágrima se desprendió de mis ojos, lo envolví con mis brazos.
- ¿Cómo te llamás? - le pregunte en una voz muy baja.
- Alejo – me dijo – Alejo Sabac.
- ¿Qué haces acá solo? – le dije esperando una linda respuesta.
- No sé – contestó. No entendía como un niño tan pequeño como Alejo podía estar solo en ese frío y oscuro lugar. Le pregunte donde vivía y que podría hacer por él, me dijo que lo llevara conmigo y que me lo quede. Lo lleve a mi casa y le cante hasta que se durmió entonces fui al juzgado y decidí adoptarlo, no lo conocía pero lo amaba y no busqué a sus padres porque tenía miedo de perderlo, como en el juzgado no tuvieron ningún inconveniente, firme unos papeles y Ale paso a ser mi hijo adoptivo.
Volví a casa y Ale seguía durmiendo. Lo desperté y le conté. Me agradeció y me abrazó.
Creí que como mamá adoptiva lo primero que debía hacer era encontrar a sus verdaderos padres pero no lo hice ya que sentía miedo.
Meses mas tarde decidí buscarlos ya que no me lo podían sacar, o eso creí.
Ale me había dicho que su apellido era Sabac, busque en la guía telefónica y encontré tres números: Mariano Sabac, Joaquín Sabac y Federico Sabac. Federico era el primero así que lo llamé. Me atendió un hombre:
- Hola – dijo.
- Hola buenas tardes – dije humildemente – Yo soy Martina Corteu y encontré un niño llamado Alejo Sabac y estoy buscando a sus padres.
- Yo no tengo hijos pero si usted quiere yo estoy dispuesto a ayudarla.
- Gracias pero no es necesario – creo que no confíe en él y por eso no acepté.
Luego llame a Joaquín, me atendió un viejo que sonaba adolorido:
- ¿Si? - dijo
- Hola buenas tardes – repetí – Yo soy Martina Corteu y encontré un niño de 4 años solo, llamado Alejo Sabac y estoy buscando a sus padres.
- Señorita – me dijo – usted me escucha? Con 81 años no puedo tener un hijo de solo 4 años
- Disculpe – dije y corté porque sentí que lo estaba molestando.
Por ultimo llamé a Mariano pero no me atendió, en la guía figuraban las direcciones tanto de Mariano como de Federico y Joaquín así que decidí visitarlos.
Llegue en principio a lo de Federico, toqué timbre y salió a la puerta un hombre de unos 30 años aproximadamente. La palabra exacta para describirlo: Hermoso. Medía 1,80 o tal vez un poco mas o tal vez un poco menos, pero aproximadamente eso. Tenía pelo morocho pero no negro y unos ojos celestes demasiado bellos para ser ciertos. Era flaco pero no escuálido, era perfecto. Al verme me saludó y su voz era hermosa, era la voz de un poeta tierno que le recita a su mujer o su novia o su enamorada. Quedé hipnotizada y me invitó a pasar, hablamos de Alejo y me dijo que no sabía quien era pero que el podía ayudarme si quería y como negarme si era hermoso y creí que no podía ser mala su ayuda y decidimos visitar la casa de Joaquín. Al llegar salió a la puerta un viejo de unos 81 años con menos aspecto de padre que un cactus y nada, entramos hablamos y cada dos frases miraba mal. Jaja con Fede nos reíamos y nos dimos cuenta que no podría tener un hijo y menos haberlo dejado. Era un viejo amargado pero era bueno. Visitamos a Mariano y era un chico de 25 años o menos con menos aspecto de padre que Joaquín y que cada 2 palabras decía ‘arre’, parece que no habíamos encontrado a los padres de alejo pero tampoco tenía ganas de encontrarlos, Alejo es mi hijo y sus padres lo abandonaron así que… creo poder criarlo mejor que ellos. A pesar del cansancio de ambos Fede me invitó a tomar un café y no pude negarme. Hablamos mucho y nos tiramos onda jaja. Nos pasamos los mails y me acompañó a casa. Llegué y otra vez a pesar de mi cansancio me conecté y él estaba conectado, me sentía enamorada a pesar que hacía nada que lo conocía, era algo muy raro. Hablamos creo que durante toda la noche. Luego de tanto hablar sentía que lo conocía muuuuucho y decidimos vernos al otro día a la noche (obvio, necesitábamos descansar).
Ese hombre de solo 2 años más que yo me había cautivado totalmente y sentía mucho aprecio por él, casi podría decir que sentía amor pero no lo conocía lo suficiente como para amarlo, igual sentía que a eso iba a llegar, a amarlo y perderlo porque un hombre tan hermoso y perfecto no podía estar con una madre soltera y loca como me considero, loca linda según el pero loca en fin. Bueno así fue, luego de unos meses de hablar y vernos todos los días termine perdidamente enamorada de él y no sabía cómo decírselo era demasiado difícil para mí. Un día fuimos al cine a ver una película romántica y él imitaba lo que, en la película, el hombre le decía a su enamorada y me lo decía a mí y en el momento en que el hombre la besa él me besó y me sentí en la luna, sentí que no había nada más que él y me dijo que estaba enamorado de mí y le dije que yo estaba enamorada de él y nos pusimos de novios. Vivíamos prácticamente juntos porque venía siempre a casa y jugaba con Alejo y un día muy tiernamente me preguntó si podría adoptar a Alejo como su hijo y tanto Ale como yo aceptamos muy felizmente.
Al año siguiente Ale empezó primer grado y con Fede lo acompañamos y éramos la mejor familia, a las semanas de que Ale empezó el cole Fede vino a vivir con nosotros y alquilo su casa. Éramos totalmente felices hasta que un maldito martes, día que nunca me gusto y NUNCA me va a gustar, paso lo peor pero, lo peor:como yo estaba algo cansada Fede se ofreció a llevar a ale al colegio y me dijo que cuando volvía me iba a traer un regalito, su idea fue comprar unas botellas de champagne, flores, velas y comer muy románticamente. Ale se quedo en el colegio y Fede fue hacia un almacén y compro una botella de champagne, un ramo de hermosas rosas y algo para comer. Volvía caminando a casa tranquilamente con la botella y el ramo de flores en la mano, Alejo a su lado y la comida la había encargado para que la lleven a casa, de repente tropieza con una piedra y cae al piso, la botella se rompe en su mano y esta empezó a sangrar, de la desesperación y con demasiadas ansias de secarse las manos se las paso por la garganta sin saber que un vidrio había quedado en su dedo índice y se corto toda la garganta y perdió el conocimiento, Alejo al querer ayudarlo se corto y al instante murió, un hombre que por ahí pasaba llamó a la ambulancia y del hospital me llamaron, lo primero que hice fue sentarme en el sillón blanco que el había comprado para solo complacerme y pensé. Salí inmediatamente para el hospital. Llegué y lo vi a Fede con un respirador, muchas vendas en su cuello y sus manos y al lado una mesita blanca con el ramo de flores que era para mí. Hable con el médico y me dijo que no sabía que iba a pasar con él. Lloré y pensé en Alejo y en Fede y llore más. Fui a buscar unas cosas de Alejo a casa y lloré, lo lloré y lo lloro aun, no puedo entender como mi hijo, nuestro hijo estaba muerto, es imposible no podía creerlo, volví al hospital. Pasaron meses y meses y hoy que se cumple un año, escribo esto esperando como todos los días que el médico llame a casa diciendo que recuperó el conocimiento, pero no, nunca llaman y si llaman es para decirme que nada cambia. Ya no se que hacer, no se como hacerlo despertar. No aguanto mas, no aguanto. Está sonando mi teléfono y no quiero atender pero con fuerzas y esperanzas atiendo. Lloro y solo eso, no puedo parar, el médico acaba de decirme que Federico murió, ya no tengo nada, ni siquiera fe o esperanzas, no se que hacer, me estoy dirigiendo hacia el cajón de la cocina a buscar quien sabe que y de repente entendí que estaba sola en el mundo y todo lo que me rodea es algo de ellos no puedo más, me asomo al balcón de la habitación de Alejo con su collarcito y el anillo que Fede me regaló y lo único que pienso es en ellos y que los amo demasiado. Mis pies se están despegando del suelo y mis manos de la baranda, creo que hoy termina mi dolor, adiós.

Martina murió un 8 de diciembre a las 10 de la mañana. Se arrojó del balcón de su departamento. Su hijo dijo haberla escuchado gritar y su esposo admitió que ella se movía mucho la noche anterior. Por lo que se pudo comprobar había tenido un horrible sueño donde todos sus seres queridos morían y se demostró que ella, era sonámbula.

1 comentario:

jaau dijo...

el ultimo parrafo no lo habia leido antes! LO HACE MUCHO MEJORR :D